Quizá tienes un jabón corporal favorito para bañarte y una crema hidratante para ponerte después, pero hasta ahí llega tu rutina de cuidado corporal. Solemos preocuparnos más por tener limpiadores faciales, exfoliantes, mascarillas, sérums y cremas hidratantes para que la piel de nuestra cara se vea joven y luminosa; pero ¿qué pasa cuando se trata del resto del cuerpo?
Hay tantas opciones para cuidar de tu cuerpo, que no te será difícil mejorar tu rutina para tener una gran experiencia de cuidado personal y apapacharte.
Cuando termines de leer este artículo te habrás convencido de que cuidar la piel de todo tu cuerpo no es nada complicado y que basta con dedicar algunos minutos al día para hacerlo.
Aquí te diremos por qué no es lo mismo el skincare que cuidar la piel de todo el cuerpo, cuáles son los pasos básicos en una rutina de cuidado corporal y qué más puedes hacer para tener una piel firme, suave e hidratada.
Siendo la piel el órgano más grande del cuerpo, sus características y necesidades van cambiando desde la cabeza hasta los pies y, por lo tanto, su cuidado también. De ahí que las diferencias entre el cuidado corporal y el skincare tengan que ver con:
El grueso de la piel varía en cada parte del cuerpo. Por ejemplo, la piel de la cara es más delgada y la capa de grasa que está debajo de la piel en el resto del cuerpo, es más gruesa. En otras áreas como las manos y las plantas de los pies, hay una capa extra que las cubre y permite que la piel sea más elástica y resistente.
Las células en la piel del cuerpo se renuevan más lentamente que las células del rostro. Esto, a menudo se traduce en una piel más seca y gruesa porque las células muertas permanecen más tiempo en el cuerpo haciendo que se vea opaco y, a veces, incluso puede tener una apariencia escamosa.
La zona con mayor concentración de glándulas sebáceas (productoras de grasa) está en la cara, la llamada zona T. En el resto del cuerpo hay menos glándulas de este tipo, por lo que se produce menos aceite natural para humectar la piel y la sequedad es más evidente.
Ahora que ya conoces las razones por las que no es suficiente cuidar solo a piel de tu cara y olvidarte del resto del cuerpo, veamos cuáles son los pasos básicos que debes cubrir en tus cuidados corporales diarios:
Primero lo primero: empieza por la limpieza. Utiliza productos de origen natural o botánico para cuidado del cuerpo que sean suaves para que tu piel no se reseque. Dependiendo de tu tipo de piel y las necesidades que tengas, puedes elegir entre un jabón o gel humectante, exfoliante o incluso uno antiacné.
Si tu piel es seca y necesitas hidratarla, elige productos que tengan ingredientes hidratantes como aloe vera o aceites esenciales de lavanda, coco, girasol, oliva, entre otros, y evita los que tengan alcohol porque podría resecarte.
Cuando necesites un limpiador corporal para combatir el acné en tu cuerpo, busca opciones con ácido salicílico o árbol de té. Este ingrediente es lo suficientemente suave para no lastimar ni irritar tu piel y, además, te ayuda a prevenir nuevos brotes de acné.
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Este gel tiene un delicioso aroma a lavanda que despertará todos tus sentidos mientras limpia, humecta tu piel y reduce el estrés en todo tu cuerpo.
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Exfoliar la piel de todo tu cuerpo la preparará para absorber mejor todos los ingredientes activos de los productos que uses después de este paso. Es recomendable hacer una exfoliación de cuerpo completo (desde la cara hasta los pies) una vez a la semana, siempre de acuerdo a tu tipo de piel y las necesidades que tengas.
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Este gran accesorio, elaborado a partir de las fibras naturales del henequén y el ixtle, ha sido creado especialmente para exfoliar la piel en seco con suaves masajes circulares.
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Dale vida nueva a tu piel con el poder reafirmante de los cítricos en armonía perfecta con las propiedades restaurativas y regenerativas de la miel y la sal marina. Un producto que te brinda una exfoliación corporal profunda con ingredientes naturales, pero sin irritar.
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Finalmente, llega el momento de hidratar tu piel como paso final de los cuidados corporales diarios. Para cerrar con broche de oro tu rutina, elige una crema, mantequilla corporal o un aceite que contenga ingredientes botánicos o naturales que mejor le vayan a tu tipo de piel de acuerdo a sus necesidades y la época del año. La hidratación es necesaria para darle a la piel de tu cuerpo esa apariencia aterciopelada y suave que siempre queremos.
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Crema corporal espesa altamente hidratante con un aroma cítrico dulce y muy suave. Es ideal para humectar tu piel después de asolearte o si la sientes muy seca.
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Como parte de tu rutina de cuidado corporal también hay otras formas y productos de origen natural que puedes incluir para consentirte mientras cuidas tu piel. Prueba un baño relajante con sales y disfruta todos sus beneficios, usa aceites esenciales en tu crema corporal para conectar tu mente con tu cuerpo o aprovecha las bondades de la aromaterapia para olvidarte del estrés en cualquier momento.
Los pasos que aquí te hemos compartido son la base sobre la que puedes construir un ritual diario para el cuidado de tu cuerpo.
Ajusta cada fase de acuerdo a las necesidades de tu piel, busca un momento del día y dedica el tiempo necesario para relajarte y consentirte. Con el tiempo, los resultados serán evidentes y la piel de todo tu cuerpo dará cuenta de ello.
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