¿Te ha pasado que a veces tu piel se ve apagada o se siente más reseca? Cada uno de los tipos de piel que existen tienen características específicas que debes conocer muy bien para saber cómo cuidarla y qué productos de skincare usar.
Si crees que tus hábitos de cuidado no son los mejores, pero quieres corregirlos para lucir una piel sana, sigue leyendo porque aquí te ayudaremos a identificar si tu piel es normal, seca, grasa, sensible o mixta, cómo cuidarla según las necesidades que tiene, cómo mejorar tu rutina y qué productos puedes usar.
¿Cuáles son los diferentes tipos de piel?
Veamos uno por uno los tipos de piel que existen, sus características, cómo cuidarlos y cuáles son los productos ideales para una rutina de acuerdo a tus necesidades.
1. Piel normal
La piel normal es de textura regular, no tiene imperfecciones y en general se ve suave y sana sin que debas hacer mucho para cuidarla; además que es muy agradable al tacto. Este tipo de piel generalmente tolera bien la mayoría de los ingredientes sin presentar muchas reacciones.
Características de la piel normal
- Tiene buen nivel de hidratación.
- Es flexible y resistente.
- No tiene imperfecciones aparentes.
- No se siente tensa.
- Soporta bien los cambios de temperatura.
¿Cómo cuidar la piel normal?
Una rutina de skincare básica por la mañana y la noche es suficiente para mantener la piel normal balanceada y saludable:
- Paso 1: Lava tu cara con un limpiador facial (día y noche).
- Paso 2: Usa un serum antioxidante para proteger tu piel de la contaminación y los rayos UV (día).
- Paso 3: Hidrata tu cara con una crema humectante (día y noche).
- Paso 4: Exfolia tu piel una vez a la semana para mantenerla brillante (noche).
- Paso 5: Protégete con un bloqueador solar (día).
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2. Piel grasa y/o con tendencia acneica
Por naturaleza, nuestra piel produce aceites para mantenerse hidratada, pero en las personas que tienen piel grasa este proceso es más intenso. Este tipo de piel tiende a ser brillosa y más propensa al acné porque la grasa congestiona los poros. Además, la menstruación y otros factores externos pueden hacerla más grasosa.
Toma en cuenta que la piel grasa también puede deshidratarse y, de hecho, la piel deshidratada puede tornarse aún más grasosa. Por lo tanto, es clave no exagerar con los exfoliantes y más bien concentrarse en una limpieza suave y que la mantenga hidratada.
Características de la piel grasa
- Exceso de grasa.
- Rostro reluciente o brillante.
- Poros dilatados.
- Presencia de imperfecciones (espinillas o puntos negros).
¿Cómo cuidar la piel grasa?
Una rutina de cuidado facial enfocada a regular la producción de los aceites naturales de la piel sin resecarla y evitando ingredientes muy fuertes, es la clave para cuidar la piel grasa.
Rutina durante el día:
- Paso 1: Usa un limpiador facial en gel para limpiar suavemente tu cara y eliminar el exceso de grasa.
- Paso 2: Aplica un serum antioxidante con vitamina C para proteger la piel de los factores ambientales que pueden estresarla (contaminación y rayos solares, entre otros) y desencadenar la producción de grasa o la hiperpigmentación por acné.
- Paso 3: Usa un tratamiento especializado para cualquier grano o espinilla que te esté molestando. El ácido salicílico hace maravillas y ayuda a curar el acné sin dejar manchas oscuras.
- Paso 4: Humecta tu piel con una crema facial de textura ligera.
- Paso 5: Usa protector solar y vuelve a aplicarlo las veces que sea necesario durante el día.
Rutina por la noche:
- Paso 1: Lava tu cara para eliminar las impurezas acumuladas durante el día.
- Paso 2: Usa un tónico facial para purificar y preparar tu piel para los siguientes pasos.
- Paso 3: Aplica un serum con ingredientes activos como el retinol o la niacinamida, que te ayuda a controlar la producción de grasa y a calmar los brotes de acné a largo plazo.
- Paso 4: Humecta tu piel usando una crema facial regular.
Una vez a la semana:
- Usa una crema exfoliante o mascarilla facial para destapar tus poros, esto hazlo siempre por la noche.
- Trata de evitar exponerte al sol al día siguiente, pero de cualquier manera utiliza bloqueador solar.
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3. Piel mixta
El sello de la piel mixta es la mezcla de áreas normales y secas en la cara, con otras donde se produce mayor cantidad de grasa. Regularmente, este tipo de piel se ve brillante y es suave al tacto en las áreas con más grasa, pero se siente tensa y podría despellejarse en las partes secas.
Características de la piel mixta
- Concentración de grasa en la frente, nariz y barbilla.
- Mejillas de normales a secas.
- Tiende a despellejarse.
- Poros grandes.
¿Cómo cuidar la piel mixta?
La rutina ideal para la piel mixta debe enfocarse en balancear e hidratar el rostro con ingredientes suaves y específicos que no resecan más la piel y que, al mismo tiempo, ayuden a regular el brillo en las partes grasosas. La clave es reducir la grasa por la mañana y concentrarte en la hidratación por la noche.
Rutina durante el día:
- Paso 1: Usa un limpiador facial espumoso o cremoso que te ayude a eliminar la grasa sin resecar tu piel.
- Paso 2: Aplica un suero antioxidante para proteger tu piel del daño solar y los contaminantes, y al mismo tiempo tratar la hiperpigmentación causada por el acné.
- Paso 3: Elige una crema facial de textura ni muy pesada ni muy ligera, que sea hidratante y que te ayude a equilibrar la piel.
- Paso 4: No te olvides del protector solar.
Rutina por la noche:
- Paso 1: Lava tu cara para eliminar las impurezas acumuladas durante el día.
- Paso 2: Usa un tónico facial hidratante para purificar y preparar tu piel para los próximos pasos.
- Paso 3: Aplica una esencia hidratante o un sérum con un principio activo que no reseque, como la niacinamida.
- Paso 4: Humecta tu piel con un producto enriquecido para nutrir las partes secas de tu cara.
- Paso 5: Usa un aceite facial para sellar la humedad. Se recomienda usarlo en la noche para evitar que tu cara se vea muy brillante durante el día.
Una vez a la semana:
- No te excedas con los exfoliantes, una vez por semana es la frecuencia ideal.
- Usa una mascarilla facial hidratante.
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4. Piel seca
El principal signo de una piel seca es que se ve opaca y sin vida. Esto pasa porque este tipo de piel genera menos grasa que la piel normal y, a consecuencia de esto, no cuenta con los lípidos necesarios para retener la humedad y mantener un buen nivel de hidratación.
La piel seca también puede volverse sensible a consecuencia de la resequedad y, precisamente por eso, necesitas cuidarla con ingredientes naturales que no la resequen más o le provoquen algún tipo de reacción.
Características de la piel seca
- Se ve frágil y tensa.
- No tiene elasticidad.
- Se siente tensa y puede romperse fácilmente.
- Se reseca más en los climas extremos.
- Puede llegar a tener un color grisáceo.
- En ocasiones genera comezón y enrojecimiento.
¿Cómo cuidar la piel seca?
El objetivo de una rutina diaria para la piel seca es hidratar, nutrir y calmar, evitando todo lo que pueda desencadenar la sensibilidad.
Rutina durante el día y la noche:
- Paso 1: Lava tu rostro con un jabón en barra nutritivo (día y noche).
- Paso 2: Usa una esencia hidratante o un tónico facial para aumentar la humedad de la piel (día y noche).
- Paso 3: Aplica una crema facial ultra hidratante de textura rica (día y noche).
- Paso 4: Protege tu piel de la contaminación y el daño solar con un bloqueador solar (día).
- Paso 5: Usa un aceite facial para sellar la humedad (noche).
Una vez a la semana:
- Usa una mascarilla facial ultra hidratante.
- Evita los exfoliantes.
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5. Piel sensible
La piel sensible puede ser considerada más una característica que un tipo de piel porque tanto la piel normal como la seca o la piel grasa a veces pueden tornarse sensibles o sufrir de irritación.
A menudo, la sensibilidad de la piel puede deberse a factores ambientales como un cambio repentino en la temperatura, la sobreexposición al sol, reacción a un ingrediente, consumo de medicamentos o una piel comprometida por usar productos incorrectos o la sobreexfoliación.
Características de la piel sensible
- Signos visibles de sensibilidad: ardor, enrojecimiento o despellejamiento.
- Produce malestar frecuentemente.
- Su textura no es uniforme.
- Es más permeable, es decir, absorbe más fácil las sustancias y por eso hay que tener cuidado con los productos que usas.
- Es una piel muy fina y delgada.
¿Cómo cuidar la piel sensible?
Las pieles sensibles demandan productos de cuidado que tengan muy pocos ingredientes y que sean lo más naturales posible para evitar reacciones y ayudar a calmar la sensibilidad. La clave aquí es asegurarte de no lavar tu piel en exceso porque esto puede causar resequedad, y prestar atención a los factores externos que te irriten para evitarlos.
Rutina durante el día y la noche:
- Paso 1: Utiliza un limpiador suave o un jabón en barra sin fragancia para limpiar y eliminar impurezas sin irritar.
- Paso 2: Después de la limpieza, aplica un serum calmante que aporte luminosidad a tu piel, la revitalice y le devuelva el equilibrio.
- Paso 3: Usa una crema hidratante con ingredientes de origen natural que te ayuden a nutrir tu piel suavemente.
- Paso 4: Termina con un aceite facial calmante (solo por la noche).
- Paso 5: Siempre usa protector solar.
Una vez a la semana:
- Utiliza una mascarilla facial calmante.
- Evita la exfoliación completamente.
- Evita los ingredientes activos porque pueden irritar la piel sensible.
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6. Piel madura
De manera natural, nuestra piel se va transformando y se vuelve más madura con el paso del tiempo, principalmente porque la producción de colágeno y elastina disminuye y los lípidos de la piel comienzan a desvanecerse dando como resultado que se vea más delgada y sin brillo.
Generalmente, esto sucede a partir de los 35 años; sin embargo, cada piel es distinta ya que factores externos, como la sobreexposición al sol sin protección, pueden provocar la aparición prematura de estos signos de la edad.
Características de la piel madura
- Es más seca y delgada.
- Está deshidratada.
- Puede verse amarillenta.
- Tiene poca elasticidad y ha perdido volumen.
- Presenta falta de luminosidad.
- Presenta líneas de expresión y arrugas.
- Hiperpigmentación y manchas de la edad.
¿Cómo cuidar la piel madura?
La rutina de cuidado facial para una piel madura tiene que ver con la antiedad, la protección y la hidratación profunda con ingredientes clave que se enfoquen en combatir los signos asociados al paso del tiempo.
Rutina durante el día:
- Paso 1: Lava tu piel con un jabón facial nutritivo y cremoso.
- Paso 2: Aplica un serum antiedad con antioxidantes como la vitamina C para tratar y prevenir las manchas solares y otro tipo de manchas en la piel.
- Paso 3: Usa una crema hidratante para tonificar, mantener la firmeza de tu piel y darle luminosidad.
- Paso 4: Usa protector solar y reaplícalo durante el día.
Rutina por la noche:
- Paso 1: Lávate la cara con tu jabón de día.
- Paso 2: Usa un tónico facial hidratante para purificar y preparar tu piel para los próximos pasos.
- Paso 3: Aplica un tratamiento facial con ingredientes como el retinol, la niacinamida o el bakuchiol, que ayudan a combatir los signos de la edad como las líneas de expresión y arrugas.
- Paso 4: Usa un humectante nocturno de textura rica, para reponer los lípidos perdidos de la piel e hidratarla profundamente.
Una vez por semana:
- Usa un exfoliante una o dos veces por semana para impulsar la regeneración de tu piel.
- Aplica una mascarilla facial para hidratar y revitalizar.
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7. Piel con necesidades especiales / tendencia a complicaciones
Este tipo de piel tiene necesidades especiales que aparecen debido a una variedad de factores que van desde el acné agresivo, la rosácea o el eczema, hasta otras condiciones que no siempre son tan evidentes.
Características principales
- Es más gruesa de lo normal.
- Su textura tiende a ser desigual y áspera.
- Se enrojece fácilmente y tiene mayor propensión a espinillas y erupciones.
¿Cómo cuidar la piel con preocupaciones especiales / tendencia a complicaciones?
Para este tipo de piel lo mejor es consultar a un especialista que te ayude a identificar qué es lo que te está generando esa situación y cómo puedes resolverla. Algunos consejos básicos que puedes seguir son:
- Siempre ten en mente esto: debes tratarla con cuidado y delicadeza.
- Lávala con productos ligeros y de ingredientes naturales.
- Evita la exfoliación.
- Utiliza protector solar todos los días.
¿Mi tipo de piel puede cambiar?
Sí y no. Es decir, gracias a la genética nacemos con cierto tipo de piel; sin embargo, hay otros factores que pueden hacer que tu tipo de piel cambie durante tu vida:
- La edad y el paso del tiempo
- Cambios hormonales
- Embarazo
- El uso incorrecto de productos para el cuidado de la piel
- No adaptar tu rutina de cuidado a cada época del año
- No usar protector solar
- La alimentación
- Tu estilo de vida
- El clima
- Ciertos medicamentos
Necesidades de la piel
Además de los distintos tipos que ya vimos, también hay necesidades que pueden aparecer en todos los tipos de piel. Por ejemplo, puedes tener piel grasa con irritación o enrojecimiento, o tu piel puede ser seca y sufrir de acné. Es por eso que es muy importante saber cómo identificar lo que tu piel necesita y adaptar tu rutina de cuidado facial de acuerdo a eso.
Estos son algunas de las necesidades más comunes que puede tener tu piel:
- Acné e imperfecciones, puntos negros o poros tapados. El acné es el problema más común de la piel y puedes tenerlo a cualquier edad, no solamente en la adolescencia. Aparece cuando la grasa y las células muertas de la piel bloquean los folículos del vello.
Ingredientes: Arbol de té, AHAs, Argán
- Arrugas y líneas de expresión. Aparecen con el paso del tiempo cuando la piel pierde elasticidad y la capacidad para recuperar su forma.
Ingredientes: Colágeno, Pepita de uva, Ácido hialurónico
- Manchas e hiperpigmentación. Las manchas en la piel y la hiperpigmentación tienen distintas causas, pero ambas implican una producción irregular de melanina, el pigmento que le da color a la piel.
Ingredientes: Rosa mosqueta, Vitamina C, Niacinamida
- Piel opaca y textura irregular. La piel puede perder brillo y volverse irregular o áspera cuando ha sido demasiado expuesta al sol, o a consecuencia de los efectos secundarios de algunos medicamentos, variaciones hormonales o carencias en la alimentación.
Ingredientes: Agave, Miel, Ácido Hialurónico
- Rojeces y piel irritada. Tu piel puede irritarse y ponerse roja por alergias, una exfoliación muy fuerte o reacción a algún producto. Si sufres de esto muy seguido, consulta a tu médico.
Ingredientes: Caléndula, Avena, Aloe Vera
Cómo saber cuál es tu tipo de piel
Para identificar tu tipo de piel lo primero que debes hacer es prestarle atención. Con toda la información que ahora tienes sobre los tipos de piel que existen, será más fácil que distingas los signos y te des cuenta cómo se siente tu piel ante factores como el clima y los productos que estás usando.
Por ejemplo, piensa si tu piel es seca en el verano pero sensible durante el invierno. ¿Cuando viajas a lugares húmedos la sientes diferente? ¿Eres particularmente sensible a la exposición al sol? Todas estas pistas te ayudarán a determinar cómo es tu piel y, sobre todo, cómo debes cuidarla.
¿Aún no sabes cuál es? Haz este quiz para descubrir tu tipo de piel y obtener una rutina personalizada con los mejores productos de acuerdo a tus necesidades.
Normal, grasa, seca, mixta o madura: recupera la salud de tu piel con la rutina y los productos correctos
Independientemente de cuál sea tu tipo de piel, es esencial que le pongas atención y llegues a conocerla muy bien. La idea es que sepas cómo reacciona ante los estímulos o factores externos que pueden afectarla, evitando que se vea iluminada y bonita o causando alguna reacción.
Recuerda que cuando cuidas de cualquier piel lo más importante es saber cuáles son sus necesidades, que sigas la rutina correcta y que elijas tus productos de cuidado facial de acuerdo a esto.